Las Helices
El Futuro incierto de las helices
No toda la tecnología que se ha inventando necesariamente se esta
usando
A principios de la década de los sesenta, y gracias a los avances
conseguidos en las tecnologías de los motores a reacción, pareció que la
hélice, el más antiguo propulsor aéreo, había ya pasado a la historia. Se creyó
que, a las velocidades en que iban a desplazarse los aviones a partir de
entonces, las hélices no ofrecían rendimientos comparables a los del motor de
turbina y, aun en el caso de los sistemas compuestos (es decir, en los motores
llamados turbohélices que conjugaban las turbinas de gas con las tradicionales
hélices), su comportamiento resultaría problemático a altas velocidades.
Poco a poco, este tipo de propulsor fue quedando arrinconado, como una
vieja e inservible herramienta. Sólo los grandes transportes militares, los
pequeños aviones llamados de tercer nivel o las más modestas gamas de la
aviación deportiva y turística siguieron siendo fieles a la anticuada hélice.
Siempre que se necesitaba,sin
embargo, un medio capaz de operar desde campos difíciles o poco preparados ‑sin
requerir muchas atenciones mecánicas o, simplemente, que funcionara
económicamente aunque no fuera excesivamente rápido‑ había que seguir
recurriendo a la vieja hélice. Esto acrecentó aún más la asociación de pobreza, atraso o incluso
de tercermundismo que tenía el público (y los técnicos) con respecto a ella.
Sin embargo, los asistentes al Salon Aerospacial de París, de 1985, pudieron
ver con asombro que en las exposiciones de los más importantes fabricantes de
motores se exhibían modelos a escala natural de modernísimos y avanzados
proyectos de motores para los aviones del próximo decenio... de hélices.
Más sorprendentes aún eran las declaraciones de los entusiasmados
ejecutivos de esas empresas: los nuevos motores de hélices, decían, serán más
económicos, más simples y más eficientes que los más avanzados ,motores
turborreactores en curso de desarrollo.
¿Qué había pasado en la tecnología de las anticuadas hélices para que
se produjera tan chocante cambio?
La verdad era que la hélice no había sido del todo abandonada por los
investigadores, los técnicos y los proyectistas, aun a pesar de que sus mejores
momentos ya habían pasado. Algunas de las firmas más famosas dedicadas al
diseño y fabricación de hélices desaparecieron, pero otras, como Hamilton
Standard, continuaron investigando. Incluso consiguieron diseños avanzados hace
ya casi treinta años, pero quedaron sin poderlas emplear por falta de motores
eficientes. Tal paradoja es fácil de entender, si echamos una rápida ojeada a
qué es y cómo funciona una hélice.
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